Hace 12 años | Por --274446-- a cookingideas.es
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El primer testimonio de la lectura silenciosa lo da San Agustín en el siglo IV de nuestra era, que se asombra de ver a San Ambrosio leyendo en soledad y en absoluto silencio: “Cuando leía sus ojos se desplazaban sobre las páginas y su corazón buscaba el sentido, pero su voz y su lengua no se movían”. El caso es que San Ambrosio era un adelantado, un ‘early adopter’ de una costumbre que acabaría imponiéndose…más de un milenio después, en el siglo XV.

Comentarios

auroraboreal

Curiosamente, el santo italiano sólo leía en silencio en público, para evitar que los presentes interrumpieran su lectura con cuestiones, mientras en privado leía en voz baja, testimonia San Agustín.

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