Hace 10 años | Por PrimeraEtapa a jotdown.es
Publicado hace 10 años por PrimeraEtapa a jotdown.es

La cita es en la librería Tipos Infames de Madrid, un buen principio para hablar de libros y de las cosas que se mueven alrededor de la cultura, como la vida. Íñigo Domínguez es tan de Bilbao que nació en Avilés porque sus padres estaban de paso. Vive en Roma desde 2001. Tiene cuarenta y un años y mucha suerte porque pese a la crisis que zarandea al periodismo, su medio (El Correo y el resto de los periódicos del Grupo Vocento) le mantiene en primera línea en una ciudad extraordinaria que tiene puesta una vela a dios (Vaticano) y otra al diablo

Comentarios

kalimochero

Claro, los cojones hay que llevarlos donde la naturaleza los puso.

N

Claro… vais provocando… y allí hay mucho vicio. ¿Por qué os creíais que pusieron allí el vaticano? ¡ja! Ingenuos.

LuisPas

que dice que te comen con patatas?

ilhun

Jo,interesante y buenísima entrevista de jotdown. Me la guardo en favoritos.
Tiene respuestas antologicas, varias además, por ejemplo esta:

"Rubén Amón, que ha sido corresponsal en Italia, tenía una metáfora excelente para ilustrar estas diferencias. Decía que en España el espectáculo nacional son los toros, donde existe una frontera clarísima que es sol y sombra, que diferencia las clases sociales, el precio de la entrada y cómo se ve el espectáculo, con el sol en los ojos o al fresquito. Es un espectáculo de muerte que todos ven en un espacio circular y cerrado. En Italia el espectáculo nacional es la ópera, que se desarrolla en un lugar con forma de herradura, un tipo de escenario que les permite verse los unos a los otros y hacer vida social. Hay palcos, clases sociales, sí, pero se juntan de manera más armónica. Lo que todos ven es una historia extravagante e inverosímil que cuentan cantando. Parece que no puede funcionar porque todo es absurdo pero resulta que también todo es armónico y maravilloso. En España somos muy viscerales, de repente todo nos parece una mierda. Cuando vengo de Italia me doy cuenta de que la gente grita mucho. Somos malhablados. Yo también soy de decir tacos. En Italia se cuidan las formas. Si lo haces aquí piensan que eres un afeminado o un estirado. Para un italiano la forma de plantear las cosas de un español es violenta. Les sucede también a los latinoamericanos: el español de España les parece demasiado visceral. El italiano cuida las formas, da más vueltas, es más civilizado. Si vas al ataque sin realizar una aproximación blanda o sin intentar conocer al adversario el choque está garantizado. Empiezas a hablar con un italiano y te das cuenta de que es acogedor y envolvente; primero trata de conocerte, después te intenta buscar las vueltas y luego se sale con la suya. Es una actitud más inteligente. Si vas a Italia con tus cojones por delante te comen con patatas sin que te des cuenta"