Hace 11 años | Por Alvar a culturamas.es
Publicado hace 11 años por Alvar a culturamas.es

Entrar al juego de intentar "extirpar" a los supuestos infiltrados de manifestaciones puede acabar minando a los movimientos sociales, pues es una estrategia usada comúnmente para dividir y desviar la atención hacia la violencia y para sembrar la duda entre compañeros, produciéndose después enfrentamientos entre manifestantes que consideran que alguien es infiltrado por actuar de determinado modo o por llevar una sudadera. Buscan dividir centrando el debate en la violencia de los manifestantes, pero desde el artículo se pide no entrar al juego.

Comentarios

Alvar

Artículo muy recomendable, sobre todo para los que tienen relación directa con el 15M. Es el debate que nos falta en el movimiento y que Occupy Wall Street tuvo ya hace unos meses, saliendo fortalecido. Artículo de Occupy Wall Street relacionado: http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/19868

Alvar

Destaco:

La distinción entre manifestantes violentos y manifestantes no violentos es una distinción del poder, hecha para crear fracturas y aislar a los núcleos más radicales de una protesta, que son los que pueden llevarla más lejos y crear una situación potencialmente desestabilizadora para el sistema. En lugar de entrar en ese debate, una estrategia mucho más exitosa hubiese sido darle un significado distinto a lo que significa ejercer violencia, vincularla con los desahucios, con el paro, con la precariedad laboral. Eso habría hecho fuerte al movimiento y le habría hecho ganarse apoyos más amplios, pero se eligió otra vía distinta y fracasó.

El acto de cubrirse el rostro ha sido una constante en muchos de los movimientos que se han levantado o han resistido al poder en los últimos años. Esta acción tiene una doble finalidad: es un acto de protección, pero también es un símbolo. Cubrirse la cara evita que seas identificado, que puedan situarte en un determinado acto con las fotos o vídeos posteriores, que puedan incluirte en las listas negras que maneja la Delegada del Gobierno

a

Cambiado enlace a petición de #0

oso_69

" Cuando un minero se cubre la cara no lo hace porque sea un infiltrado ni porque tenga miedo, lo hace porque es un símbolo que muestra su lucha y que dice que esa lucha no es por él, sino por todos los que van a quedar en la calle como consecuencia del cierre de las minas. Cuando un minero se cubre el rostro, todos somos él."

Teniendo en cuenta las movilizaciones de los mineros, yo optaría más por la opción de que no quieren ser reconocidos, antes que representan a todos los trabajadores. Máxime cuando esta gente lucha por la continuidad de las minas, nada más.

Y en cuanto a la violencia en las manifestaciones, la mayoría de los asistentes son pacíficos. Respetando el principio de democracia, los violentos tendrían tres opciones: respetar ese pacifismo y participar siguiendo ese modelo de conducta; no participar en las manifestaciones al no compartir el punto de vista; organizar su propia manifestación, enfrentarse a la Policía en vez de huir y así evitar que gente que no tiene nada que ver sufra las consecuencias de una pelea entre verracos.

enol79

#4 Pues en esa lucha pillaron a fontaneros, parados, funcionarios o jubilados, por ejemplo. No todos eran mineros. Pero como dice el artículo, todos tenían la misma cara y lucharon por lo mismo, para que no cierren las minas.
Es obvio que la principal razón de llevar el pasamontañas es para no ser reconocido, pero sí que da un fuerza simbólica el llevar pasamontañas.

En cuanto al artículo, es una pena que no tenga más meneos. Me gustó mucho.