La ejecución de dos nigerianos reanudó las ejecuciones, que son siempre por fusilamiento, y amparadas por el Tribunal Constitucional. Indonesia no se salta ninguna ley en las ejecuciones y completa todas las instancias legales antes de proceder, pero tampoco concede prácticamente ningún indulto. La drogadicción es una plaga que afecta a 18 millones de personas en el país, por lo que sus leyes antidroga son de las más duras del mundo. El artículo original, traducido en el comentario 1, es del NY Times, pero no me deja enlazarlo.
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