Sin embargo, y según ha explicado la antigua criada en una entrevista al diario austríaco «Salzburger nachrichten», para ella el dictador no era más que un amable jefe que, a pesar de que se veía obligado a seguir una estricta dieta por su delicada salud, solía levantarse por las noches a escondidas para saquear cualquier dulce o golosina que hubiera guardada en la casa. A su vez, la mujer afirma que era un gran aficionado alcine y que contaba en su residencia de Obersalzberg con una sala privada de proyección.
Comentarios
Y el culito de franco...
¿Actualidad?...
Vamos una más de tantas que trabajaron en el mismo lugar que Hitler, ya que como ella misma dice, NUNCA habló directamente con él.