Hace 10 años | Por AaLiYaH a blogs.publico.es
Publicado hace 10 años por AaLiYaH a blogs.publico.es

Corría 1861 cuando el protagonista de esta historia llegó a Jaca de la mano de su padre. Tenía diez años y era un niño travieso, díscolo, inquieto. Solo se tranquilizaba pintando. Quién sabe si en nuestros días lo hubieran calificado de hiperactivo. Su progenitor, médico de profesión, estaba harto de sus diabluras y decidió matricularlo en un colegio de los padres Escolapios que tenía fama de excelencia educativa en latín, al tiempo que lograban domar a los estudiantes más problemáticos.