A día de hoy, la expresión “look de futbolista” suele ir aparejada a una pinta absolutamente criminal: un gañán cubierto de tatus talegueros, de ademanes copiados punto por punto a los tronistas de MYHyV. Esta tendencia ha ido degenerando hasta alcanzar absolutos insultos a la Humanidad. Sin embargo, hubo una época en la que los futbolistas marcaban tendencia. Seguían siendo los mismos gañanes de siempre, pero al mezclarse con la época estéticamente más fascinante de la Historia -los 70- crearon una conjunción icónica extraordinaria.
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El perfil del futbolista medio no es el único que ha degenerado con los años.
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