La sobreinformación que estamos recibiendo acerca de la corrupción en nuestro país es realmente espectacular. No hay cadena,- dicho sin sentido peyorativo-, que no tire de las aguas fecales y se refocile en su hediondez. Desde la llamada "pública" ,-ahora del partido en el gobierno-, hasta la de los curas en la que se van a confesar los políticos bajo sospecha de corrupción a fin de ser perdonados, bendecidos y dispuestos al propósito de la enmienda, es grande el abanico de las noticias y comentarios.