Hace 11 años | Por --80001-- a jotdown.es
Publicado hace 11 años por --80001-- a jotdown.es

En 1991, Luis Ocaña se metía con el culo de LeMond. “Mirad qué culo tiene, con ese culo no se puede ganar el Tour”, repetía el conquense en la radio frente a los que consideraban que el americano era el máximo favorito para ganar la carrera. En el mundo del ciclismo, especialmente en los 90, el volumen del culo era uno de los indicativos del estado de forma en el que se llegaba a una competición. LeMond venía de ganar tres Tours, dos de ellos consecutivos en 1989 y 1990 y durante la primera semana siguió siendo la gran amenaza

Comentarios

D

LeMond siempre fué un señor de la bicicleta, un buen tipo, recuerdo, como dice el artículo, el estar a la sombra de un Hinault ya decadente, ni un mal gesto.

Pero su recuerdo más marcado es el de la contrareloj final del tour del Tour del 89, imponiéndose por 58 segundos (8 en la general) al malogrado, que no por ello antipático y gran corredor Laurent Fignon, en los mismísimos Champs Elysees delante de toda su parroquia.
Ese día, las risas por el aspecto frágil de Greg, con su casco aerodinámico se tornaron amargas. Ese día los pequeños detalles, la bici de contrareloj, el casco aerodinámico, el manillar de triatleta... pasaron a formar parte de la cultura del ciclismo moderno.



Luego, más tarde vendrían las ruedas lenticulares, los platos q-ring...