“Infrinjan cada día alguna ley trivial que no tiene sentido, aunque solo sea cruzar la calle en rojo. Utilicen su propia mente y decidan si la ley es justa o razonable. De este modo, se mantendrán en forma, y cuando llegue el gran día, estarán preparados”
“En el exterior de la estación había una importante intersección, o, en cualquier caso lo era en Neubrandenburg. Un tráfico bastante animado de peatones, coches y camiones controlados por un juego de semáforos circulaba durante el día. A finales de la tarde, sin embargo, el tráfico de vehículos prácticamente desaparecía, mientras que el tráfico de peatones que salían a disfrutar de la brisa nocturna se intensificaba. Entre las nueve y las diez de la noche, cincuenta o sesenta peatones, algunos de ellos un poco tocados por el alcohol, solían cruzar la calle en esa intersección. Los temporizadores de los semáforos estaban programados, supongo, para el tráfico de vehículos de mediodía. Una y otra vez, cincuenta o sesenta personas esperaban pacientemente en la esquina de la calle a que el semáforo cambiara a su favor: cuatro minutos, cinco, tal vez incluso más tiempo. Parecía una eternidad”, cuenta en un capítulo de su libro Elogio del Anarquismo (Crítica).
Todo esto sucedía a pesar de que se podía observar una recta de más de un kilómetro en cada dirección en la que se podía discernir si venía un vehículo o no. Las pocas personas que se atrevieron a cruzar en las dos horas de observación que Scott empleó fueron recibidos con reprimendas y silbidos de los allí presentes.
Yo diría que en gimnasia anarquista los españoles por lo general copamos el podium, así que "el gran día" nos iba a coger más que preparados, preparadísimos... y también que la ley que prohíbe cruzar en rojo tiene bastante sentido, sobre todo cuando viene un camión.
¿Quién no cruza en rojo si no pasan coches? Es más, yo alguna vez he esperado pacientemente en alguna calle concurrida (no me fío de mis sentidos y prefiero esperar porque la calle es peligrosa) y te sientes hasta idiota por estar esperando sin que pasen coches
Mientras tanto, en la distopia española: el pueblo espera delante del televisor a que el semaforo rojo se abra para dejar paso a la justicia. Mientras tanto, por sus ojos pasan los delitos de politicos, curas y millonarios, sin que nadie se atreva a cruzar la linea de lo politicamente correcto
Comentarios
aunque solo sea cruzar la calle en rojo.
Una mente brillante miraría primero a ambos lados, o puede ser que el experimento mental acabe fatal y seas más Darwin que otra cosa.
#3, lo dice en el artículo:
“En el exterior de la estación había una importante intersección, o, en cualquier caso lo era en Neubrandenburg. Un tráfico bastante animado de peatones, coches y camiones controlados por un juego de semáforos circulaba durante el día. A finales de la tarde, sin embargo, el tráfico de vehículos prácticamente desaparecía, mientras que el tráfico de peatones que salían a disfrutar de la brisa nocturna se intensificaba. Entre las nueve y las diez de la noche, cincuenta o sesenta peatones, algunos de ellos un poco tocados por el alcohol, solían cruzar la calle en esa intersección. Los temporizadores de los semáforos estaban programados, supongo, para el tráfico de vehículos de mediodía. Una y otra vez, cincuenta o sesenta personas esperaban pacientemente en la esquina de la calle a que el semáforo cambiara a su favor: cuatro minutos, cinco, tal vez incluso más tiempo. Parecía una eternidad”, cuenta en un capítulo de su libro Elogio del Anarquismo (Crítica).
Todo esto sucedía a pesar de que se podía observar una recta de más de un kilómetro en cada dirección en la que se podía discernir si venía un vehículo o no. Las pocas personas que se atrevieron a cruzar en las dos horas de observación que Scott empleó fueron recibidos con reprimendas y silbidos de los allí presentes.
Yo diría que en gimnasia anarquista los españoles por lo general copamos el podium, así que "el gran día" nos iba a coger más que preparados, preparadísimos... y también que la ley que prohíbe cruzar en rojo tiene bastante sentido, sobre todo cuando viene un camión.
¡A tomar por culo el caso de la bici! Rebolusion!!!!
Esto no es aplicable a España jajaja
¿Quién no cruza en rojo si no pasan coches? Es más, yo alguna vez he esperado pacientemente en alguna calle concurrida (no me fío de mis sentidos y prefiero esperar porque la calle es peligrosa) y te sientes hasta idiota por estar esperando sin que pasen coches
y esto lo penso despues de dos horas mirando un semaforo. Aburridillo estaba el hombre
Mientras tanto, en la distopia española: el pueblo espera delante del televisor a que el semaforo rojo se abra para dejar paso a la justicia. Mientras tanto, por sus ojos pasan los delitos de politicos, curas y millonarios, sin que nadie se atreva a cruzar la linea de lo politicamente correcto