En el año 1936, durante unas excavaciones arqueológicas en una antigua aldea iraquí situada a las afueras de Bagdad, los investigadores descubrieron una tumba repleta de abalorios, figuras de arcilla y diversas piezas más. Entre todos estos cachivaches, fechados durante el periodo del imperio parto (entre 248 a. C. y 226 d. C.), se encontraron también unas vasijas muy singulares: fabricadas de arcilla y con el tamaño y aspecto aproximado al de un florero, contenían, cada una, una especie de hoja de metal de cobre enrollada que, a su vez,...
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Interesante pero misterioso.