Están corriendo como la pólvora unas declaraciones de un agente financiero en las que asegura, entre otras cosas, que el mundo lo gobierna Goldman Sachs y que los financieros están deseando otra gran crisis. Es una entrevista que tras su difusión ha sembrado el pánico entre la ciudadanía. El pánico por lo que predice y el pánico por lo que reconoce de su propia profesión. Por raro que parezca no hay nada raro en sus declaraciones.
Las grandes empresas ya no acuden a los bancos a financiarse sino que pueden emitir sus propios títulos en los mercados financieros para obtener dinero. Los intermediarios cambian y también las formas. La desregulación financiera acometida entre los años ochenta y noventa dio lugar a un sin fin de nuevos agentes financieros, nuevos productos financieros y nuevas prácticas especulativas. Hasta entonces las finanzas se habían mantenido a raya por la regulación, y tenían restringidas muchas operaciones que hoy practican cada día. Pero el ascenso al poder de gobiernos de inspiración neoliberal (que proclamaba el libre mercado hasta sus últimas consecuencias) cambió todo eso.
Debido a una fuerte desregulación de los mercados financieros desde principios de los años 80 las desigualdades están aumentando cada vez más rápidamente. Al aumentar las desigualdades disminuye el consumo, puesto que la riqueza está concentrada en un pequeño porcentaje de la población, mientras la gran mayoría ve como su poder adquisitivo disminuye año tras año. Y si la gente no consume, las empresas venden cada vez menos productos, despiden a más trabajadores, aumenta el paro y disminuyen los salarios, lo cual vuelve a repercutir una vez más en el consumo.
Comentarios
La solución es la misma que hace cuatro años.
Lástima que no se hiciera de buen principio y en serie, nos hubieramos ahorrado muchos dolores de cabeza (y ellos, tambien).
Las grandes empresas ya no acuden a los bancos a financiarse sino que pueden emitir sus propios títulos en los mercados financieros para obtener dinero. Los intermediarios cambian y también las formas. La desregulación financiera acometida entre los años ochenta y noventa dio lugar a un sin fin de nuevos agentes financieros, nuevos productos financieros y nuevas prácticas especulativas. Hasta entonces las finanzas se habían mantenido a raya por la regulación, y tenían restringidas muchas operaciones que hoy practican cada día. Pero el ascenso al poder de gobiernos de inspiración neoliberal (que proclamaba el libre mercado hasta sus últimas consecuencias) cambió todo eso.
Debido a una fuerte desregulación de los mercados financieros desde principios de los años 80 las desigualdades están aumentando cada vez más rápidamente. Al aumentar las desigualdades disminuye el consumo, puesto que la riqueza está concentrada en un pequeño porcentaje de la población, mientras la gran mayoría ve como su poder adquisitivo disminuye año tras año. Y si la gente no consume, las empresas venden cada vez menos productos, despiden a más trabajadores, aumenta el paro y disminuyen los salarios, lo cual vuelve a repercutir una vez más en el consumo.
Hace referencia a: Trader: "No nos importa que arreglen la economía. Sueño con otra depresión. Prepárense. Protejan lo que tengan."
Trader: "No nos importa que arreglen la econo...
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