Un hombre de 29 años y de origen marroquí se dirigía este viernes hacia el Capitolio de Washington con un chaleco cargado de explosivos cuando ha sido detenido por la policía. ¿Un atentado frustrado en el último momento? No, una jornada más de trabajo para el FBI. Ni el arma ni los explosivos que le entregaron sus cómplices podían funcionar. Básicamente, porque sus ‘cómplices’ eran agentes del FBI.
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