La Generalitat anunció ayer que este mes no pagará a hospitales y colegios concertados. El País lo ha colocado como noticia de portada entre grandes aspavientos, no sin cierta razón. Que el gobierno autonómico de una de las regiones más ricas del país decida de forma unilateral que dejará cientos de millones de contratos sin pagar es un asunto grave, es indudable.
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Si solo fuera seriedad ya nos podríamos dar con un canto en los dientes.