El hombre se quedó inmóvil mientras la mujer ardía, pero no reconoció los hechos, sino que aseguró que no recordaba nada. Este ha encontrado una aliada contra las acusaciones del fiscal en su propia mujer, que ayer lo exculpó por lo ocurrido. «No me echó la gasolina encima con intención. Bebió y sin querer, al cargar el mechero, vertió gasolina en mí y, al arder, cogí un cojín y luego un paño con lejía en la cocina. Imagino que la lejía me dañó la piel», dijo ayer.
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