1. El matrimonio gay es más legal. 2. El cambio climático va a su ritmo. 3. Los derechos civiles y el voto. 4. Snowden huye. 5. La inmigración sigue adelante. 6. África y Mandela.
oh, si, todo es luz y color en el pais de la estatua de la libertad que no lleva una antorcha en la mano sino una piruleta. Mientras tanto, cualquier persona nacional o extranjera puede ser detenida, encarcelada y ejecutada por un tribunal militar aduciendo terrorismo, gracias a la National Defense Authorization Act de Obama, el premio nobel de la paz.
Al votar la Military Commissions Act [2], en septiembre de 2006, las cámaras legalizaron las comisiones militares. Esa ley amplía considerablemente la noción de «enemigo combatiente ilegal», al extremo que ya abarca no sólo a los extranjeros capturados en el campo de batalla sino también a cualquier estadounidense o extranjero que ni siquiera haya salido de su país de origen. Si bien los estadounidenses inculpados en base a la noción de enemigo combatiente ilegal tienen que ser enviados a comparecer ante jurisdicciones civiles, los extranjeros sí pueden ser juzgados por las comisiones militares.
La persona que comparece ante esos tribunales de excepción no tiene derecho a escoger su abogado. Su defensa está en manos de un militar designado por el presidente de los Estados Unidos, quien nombra también a los jueces militares y decide el grado de tortura («coerción física») que se le puede aplicar al prisionero. El abogado no tiene acceso a los elementos presentados como pruebas, si estos están clasificados como «secreto militar». http://www.voltairenet.org/article176521.html
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oh, si, todo es luz y color en el pais de la estatua de la libertad que no lleva una antorcha en la mano sino una piruleta. Mientras tanto, cualquier persona nacional o extranjera puede ser detenida, encarcelada y ejecutada por un tribunal militar aduciendo terrorismo, gracias a la National Defense Authorization Act de Obama, el premio nobel de la paz.
Al votar la Military Commissions Act [2], en septiembre de 2006, las cámaras legalizaron las comisiones militares. Esa ley amplía considerablemente la noción de «enemigo combatiente ilegal», al extremo que ya abarca no sólo a los extranjeros capturados en el campo de batalla sino también a cualquier estadounidense o extranjero que ni siquiera haya salido de su país de origen. Si bien los estadounidenses inculpados en base a la noción de enemigo combatiente ilegal tienen que ser enviados a comparecer ante jurisdicciones civiles, los extranjeros sí pueden ser juzgados por las comisiones militares.
La persona que comparece ante esos tribunales de excepción no tiene derecho a escoger su abogado. Su defensa está en manos de un militar designado por el presidente de los Estados Unidos, quien nombra también a los jueces militares y decide el grado de tortura («coerción física») que se le puede aplicar al prisionero. El abogado no tiene acceso a los elementos presentados como pruebas, si estos están clasificados como «secreto militar».
http://www.voltairenet.org/article176521.html