Los sectores más tradicionales empiezan su ofensiva para evitar que Buenafuente vuelva a Eurovisión y "ridiculice España", mientras las nuevas generaciones empiezan a calentarse porque ya no hay triunfitos a los que catapultar. Todo se une a un sistema para elegir quién será nuestro representante que nunca, jamás, ha estado exento de polémica, ya que la falta de control ha motivado manipulaciones y resultados poco esperados. Por suerte, siempre nos queda el poder reírnos de Europa, si nos representan "cantantes" como los de los últimos años...
Comentarios
Ah. No. Eurovisión, no. Esta vez no pico. Ni polémicas ni hostias.