Hace 13 años | Por weezer a pixfans.com
Publicado hace 13 años por weezer a pixfans.com

Los cartuchos de la Megadrive, de la NES… o las cintas del Spectrum tomaron forma de archivos. Se abrían con el programa y se jugaban, como en su día pero con el teclado o con algún joystick o gamepad después de calibrarlo. A pesar de que en nuestras máquinas corríamos juegos más actuales los emuladores y especialmente las ROMS se convirtieron en uno de los materiales más buscados y demandados de la red., probablemente junto con los MP3.

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Brill

Yo empecé en esto de la informática hacia 1985, jugando con el CPC464 de monitor verde que mis padres compraron creýendolo esencial para la educación de mi hermana y mía (¡qué tiempos, seguro que agora ya no picarían con eso!). Desde el principio tuve una relación de amor / odio con mi CPC, por la dificultad de encontrar juegos decentes (no leí ninguna revista hasta mucho después) y por la dificultad de que mis padres accedieran a comprarlos. Yo tenía unos 10 años por aquel entonces, y sus argumentos de que "ya tenía uno" no me satisfacían.

Sea como sea, con el tiempo y al aumentar mi poder adquisitivo me convertí en un enamorado de mi CPC, por más que soñara despierto con las recreativas y con las capturas de Amiga de la Micromanía. A eso también contribuyó que mis padres fueran increíblemente reacios a considerar un nuevo ordenador o, cuando empezaron a popularizarse, alguna videoconsola. De esta forma seguí usando mi CPC hasta bien entrados los años 90, cuando la falta de software y el mal estado del aparato me obligaron a dejarlo de lado.

El siguiente paso fue conseguir una consola, y debido a las reticencias de mis padres, que no querían nada raro enchufado a la TV, fue una Gameboy original. Total, que no me salía de la gama del verde, pero desde el principio me pareció una buena máquina y los juegos una maravilla. Ahí descubrí joyitas como los "Super Mario Land" o la saga de "Star Wars", además de poder recuperar algunos de los clásicos que ya conocía, como el "Turrican".

Y finalmente, hacia 1994, conseguí mi primer PC, un 486/66, que ya conocía por haberlo usado en casa de varios amigos. Y aquí empezó la etapa de verdadero desenfreno jugatoril, gracias a juegos tan adictivos como "Dune II", "Doom" y "Doom II", "Syndicate" o "Stunts". Y también pude saciar mi curiosidad y jugar por fin a simuladores de vuelo y juegos de rol, aunque sólo algunos muy concretos llegaran a engancharme, como el "F-15 Strike Eagle III" o el "Cobra Mission".

Pero aún estando enormemente satisfecho con mi SVGA a todo color y mi Sound Blaster 16, notaba que me faltaba algo, juegos de una jugabilidad más inmediata, con más énfasis en la diversión pura y dura y más parecidos a los que se jugaba en los salones de recreativas o en las videoconsolas. Y también rabiaba por llegar demasiado tarde para poder jugar a muchos de los clásicos de 16 bits que conocía por las revistas, y que llegaban a los PCs con demasiada parsimonia o bastante mermados en todos los aspectos.

Entonces oí hablar de los emuladores, y fue un amor a primera vista. Me pasé los siguientes años descubriendo las joyas en las colecciones de la SNES y la Megadrive, merced al KGEN98 y al ZSNES, y más adelante fui ampliando mis horizontes al resto de sistemas que conocía y a algunas recretivas. Fueron especialmente significativos los descubrimientos del Callus, que emulaba recreativas de Capcom, del System16 (¡por fin pude jugar al "Outrun" y al "E-SWAT" de recreativa en mi PC!) y del WinUAE, un emulador de Amiga que por entonces conseguía hacer funcionar a duras penas.

Y finalmente llegué a los emuladores de 8 bits, y así pude saber después de tantos años lo que sentían mis compañeros de pupitre, esa gente tan extraña que usaba C64 o Spectrum en lugar de un CPC como Dios y Alan Sugar mandan. O reconciliarme por fin con mi adorado / odiado CPC gracias al Caprice, un CPC ideal que nunca daba errores de lectura, cargaba los juegos en un suspiro y mostraba los gráficos a todo color.

Y en estas sigo, después de muchos años y muchos PCs. Sigo los lanzamientos de PC, espceialmente de los géneros que me interesan, pero todavía me gusta trapichear con los nuevos emuladores y sistemas que descubro, aunque más con el entusiasmo del entomólogo que del jugón. Pero eso sí, casi todas mis horas de juego las paso con los emuladores de consola o el DOSBox. Y es que, ¿quién puede resistirse a unas carreritas con el "Stunts"?