Decidida a romper con las estructuras inflexibles de sus anteriores trabajos, se lanzó al sector de los eventos donde le decían que todo estaba inventado. Poco le importó. Tenía 26 años, pocos recursos pero ganas de comerse el mundo e ideas frescas para nuevos proyectos. De eso hace ya más de 13 años. Ahora acaba de vender el 53% de su empresa por una cantidad que no se atreve ni a confesar.
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Coño, como el gobierno