Entrevista al neurocientífico Francisco "Paco" Mora, Catedrático de Fisiología Humana por la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, en la que reflexiona sobre la necesidad de incluir a expertos en neurociencia en los programas pedagógicos, especialmente en secundaria. Según el entrevistado, en la educación se debe comprender correctamente el proceso atencional para crear aprendizajes significativos a través del circuito de las emociones.
Comentarios
Me lo ha enviado un amigo, y no puedo estar más de acuerdo con Paco. Un gravísimo problema es que muchos profesores entienden su profesión como un trabajo, y no una pasión y una vocación. Así es muy difícil transmitir emoción por lo que estás explicando. Y se está perdiendo el recurso clave para cumplir objetivos.
Creo que no he descubierto la pólvora, pero está bien recordarlo.
#1 Esa emoción proviene de algún sitio. En el caso de los profesores proviene de la utilidad de la materia que están explicando.
#2 Pues ahí está la habilidad del profesor para separarse cuando conviene de las editoriales y de sus libros del profesor, e incluso diría del currículo oficial, que es una catástrofe.
- En 1º de la ESO varias partes del programa de ciencias sociales y naturales se solapan totalmente y los críos tienen que sufrir dar lo mismo con distintos enfoques. No están preparados para sacar partido de eso. Solución: reuniones interdepartamentales para decidir quien y cómo se imparte ese contenido.
- En 2º de la ESO es aún peor: el currículo oficial te obliga a impartir visiones globales del metabolismo, las funciones vitales y las energías a chichos que desde el punto de vista del neurodesarrollo no están aún capacitados para hacerlo.
Es natural que muchos profesores desistan. Como son inteligentes, perciben que los curriculos que imparten no tienen sentido, y no quieren arriesgarse a algo diferente para no tener problemas.
#6 No está prohibido hacer comentarios para complementar la materia que están impartiendo.
#7 Tampoco reformar la cronificación del currículo ofical, para que cuando les des cinemática, ya hayan recibido los conocimientos de álgebra que necesitan. Que parece que los diseñadores del currículo lo hacen con el culo.
#1 Esta es una de esas verdades de perogrullo que se olvida a menudo.
Y justo ahora, en la era de la información anónima y de la "desinformación", los docentes de las universidades médicas deberían incidir aún más en la forma de transmitir esa información a quienes más la necesitan.
El maestro "real", la humanidad "real" y no cibernética de quien enseña, sigue y seguirá siendo absolutamente insustituible y fundamental.
#1
La emocion la tienen en que la semana que viene estan de vacaciones por la patilla
#4 ¿Por la patilla? Lo siento, pero la semana que viene me la pasaré revisando bibliografía y redactando artículos. Y cuando pasee por la calle seguiré pensando en los detalles de lo que imparto, es decir, trabajando.
Pero bueno, para vosotros está mejor un pueblo chonizado, que no se de cuenta de cómo le tangáis, ¿no? Esta bien meteros con los profes. Más sobres, menos control.
Me temo que no puedo estar de acuerdo. La persona no resiste un estado de emoción continuada. Ni el alumno ni el profesor. El estudio y el aprendizaje deben ser algo normal, como el trabajo y no presentarse como algo tan difícil de realizar que se necesita estar en todo momento emocionado. Este apostar en exceso por este tipo de ideas, al final lo que logra es transmitir a todos que estudio o aprendizaje son empresas ingentes, que simplemente con un estado de ánimo normal no son posibles, y por lo tanto empequeñecer a quien enseña y a quien aprende, frente a tan tremendo reto. Quien no te quiere no te enseña, pero no necesita emocionarte a cada instante. Saludos.
#5 Me planteas un extremo. No se trata de eso. Se trata del extremo contrario, de la información plana. No se trata de hacer el payaso todo el rato tratando de captar la atención, se trata de dar un poco más de espacio al docente para que se pueda implicar.
10 Cuando tienes un buen profesor, no hay modo de encerrarlo. Termina enseñando la materia asignada y mucho más, incluso a quien no quiere aprenderla, pero si es buen profesor, sabrá que la atención es un bien precioso y efímero, que hay que estimular lo mínimo, porque casi todo lo importante en la vida se hace primando el oficio y el trabajo, no la atención. El problema viene cuando tienes un mal profesor y eso no tiene remedio conocido, salvo tener suerte con el siguiente, que te enseñe lo que el anterior omitió y rezar porque el primero no te haga coger odio a cualquier disciplina del conocimiento cuya docencia aquel haya perpretado.
Traducción: "Los niños motivados aprenden mejor."
Alguien que se expresa así sólo puede ser otro engañabobos, envidioso del monopolio de la secta pedagógica en el lavado de cerebros de los niños.