Siempre he pensado que cuando un periódico fracasa es culpa de la empresa y de los profesionales que lo ponen en la calle, no de sus clientes, lectores o anunciantes. Ahora no me voy a echar atrás. Hay desde luego factores externos que ponen la supervivencia en un nivel inalcanzable en determinadas situaciones. Se supone que el periódico debe tomar las decisiones necesarias para adaptarse a ellas.
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