(c&p) "¿Cuántas cañas hay que servir para pagar una multa de 6.000 euros y un céntimo?". Es la pregunta que Gregorio Heras se hace desde que el Ministerio de Trabajo le denunció por tener contratada en su bar a una joven rumana cuya situación en España era irregular. Condenado por el Juzgado de Primera Instancia, Gregorio ha recurrido la sentencia y está a la espera de la resolución definitiva.
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