Publicado hace 13 años por barney_77 a historiasdelahistoria.com

Llegamos a la abarrotada entrada del teatro, una sobria construcción semicircular de poroso granito gris que recubría una suave colina frente al mar. El complejo me dejó anonadado, pudiendo comprobar que los siracusanos sí que valoraban el teatro como lo que era, algo grande, mágico y fabuloso.