Habrá un día de la Bestia. Ese en el que se abrirán los cielos y la tierra y surgirán los jinetes del Apocalipsis. Pero antes hubo un día de la Butifarra, ese en que se abrieron las puertas de la Moncloa y surgió Artur Mas anunciando el fin de los tiempos. O, lo que es lo mismo, el fin de la Constitución de 1978. Nadie sabe qué ocurrió exactamente entre Mariano Rajoy y Artur Más en los salones de la Moncloa. Aunque cuesta poco imaginárselos, espalda contra espalda, el uno barbudo, el otro lampiño, remedando al Dúo Pimpinela.