El impago de la deuda es una necesidad imperiosa para los países que están atrapados en este círculo vicioso, si bien no es la única medida imprescindible. Ya hay muchas organizaciones sociales y partidos políticos reclamando la reestructuración o impago de la deuda. No obstante, una cosa es reestructurar la deuda y otra es impagar la totalidad de la misma. La reestructuración supone diferenciar los diferentes contratos de deuda asumidos por el Estado y modificarlos en plazo, en cantidad o incluso cancelarlos.