Hace 10 años | Por --136875-- a jotdown.es
Publicado hace 10 años por --136875-- a jotdown.es

The New Yorker es un templo del buen periodismo que navega más o menos indemne por la crisis económica y de talento que asola al sector. Quizá gane menos en publicidad y en ventas pero no ha recortado un centavo en la esencia de su negocio: la calidad superlativa. Su célebre fact checker, el departamento que comprueba la veracidad y el rigor de todo lo escrito, incluidas las comillas de los entrevistados, sigue incólume y se extiende a la web. David Remnick es su director desde hace 15 años. Aunque anda más cerca de los 55 que de los 54...

Comentarios

noexisto

Excelente como casi todo lo que aparece en JotDown. El análisis que hace sobre los corresponsales extranjeros es para leerlo. Hemos pasado de periodistas de raza, prensa pagando gente que sabe a repetir lo que dicen agencias sin contrastar casi nada in situ.
El buen periodismo hay que pagarlo, no se nos olvide (BBC y su canon, por poner un solo ejemplo de información que suele ser veraz, fiable y sobre todo independiente)

Pero por lo menos con el periodismo basura antes de internet podías hacer un cucurucho para las castañas y envolver cosas.