En este sencillo y peligroso experimento se puede ver cómo las vibraciones producidas por diferentes sonidos en un altavoz musical mueven el mercurio que se ha vertido al efecto sobre su superficie, generando curiosas formas y patrones. A medida que cambian las frecuencias y el ritmo el mercurio se desplaza de formas bastante intrincadas. Debido a sus propiedades como material reflectante, cuando está en reposo parece un espejo; al ser agitado por las ondas sonoras todo cambia.
Se echa de menos un primer plano muy cercano. Así sí que valdría la pena el vídeo. Se verían las texturas que adpota el mercurio. Así no se ve gran cosa.
Comentarios
Menuda puta mierda de música pone para probar.
#3 No va a poner a Lluís Llach y que no pase nada.
#4 Sí que pasaría. El mercurio saltaría del altavoz para huir precipitadamente.
Molaba más jugar con las bolitas cuando se rompía un termómetro (estamos vivos de milagro)
#0 ¿gigantesco?
Te ahorro un click, se convierte en penes que se te meten por las orejas.
Eso ya lo veía yo con el Winamp en 1998.
Se echa de menos un primer plano muy cercano. Así sí que valdría la pena el vídeo. Se verían las texturas que adpota el mercurio. Así no se ve gran cosa.