El desplome fue del 34% el año pasado, hasta 13,5 millones de toneladas. El sector prevé una contracción del 20% en 2013. El consumo de cemento fue uno de los mejores indicadores de la marcha de la economía española durante los años locos del ladrillo. Ahora se ha convertido en un símbolo de la crisis. El año pasado fue el peor de la historia, con una caída porcentual del consumo del 34% respecto a 2011, peor incluso que las negras previsiones del sector. Hay que remontarse a 1936 para encontrar un desplome mayor.
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