Al ver este programa, con ese aire tan académico y correctísimo que le aporta Jordi Hurtado, nadie pensaría, ni por lo más remoto, que en él se pudiesen estar produciendo, día sí y día también, una serie de prácticas de todo punto inaceptables, contrarias a lo que debe ser el respeto a la audiencia. Pero así es: “Saber y Ganar “ incumple las normas éticas que le serían exigibles. Podría hablar, y bastante, de una serie de hechos que me han contado personas que han pasado también por el concurso – referidas en especial del trato de favor que...
Comentarios
Fue, fracasó, blogueó... Que triste
El problema de estas cosas (decirle las respuestas a los concursantes) es que puede que el espectáculo mejore, pero este tipo de concursos se supone que tienen que ser honestos y justos y que gane el que más sepa.
Creo que si se ve que los concursantes son humanos, se equivocan, se quedan en blanco o contestan barbaridades de vez en cuando; es más fácil que se anime a participar un aficionado que lo ve por la televisión.
Sacrílegoooo!
Hmm... bueno, algo grimoso reconozco que es y eso que soy fan. Pero para quedarme frito después del cocidaco de los domingos me serviría aunque en vez de concursantes pusiesen dummies de pruebas de choque.
Por cierto, el sujeto da el tipo total del programa: soso.
menuda tontería de tejemanejes. Sensacionalista
Hombre, si acusa al concurso de dar respuestas... y el ha usado esas respuestas ¿no está haciendo trampas el también? quien consiente en un timo es también timador
Como dice Jordi...
... Sólo puede quedar uno.
Nada nuevo bajo el sol. Cosas como esas se hacen en absolutamente todos los programas de ese tipo.
Y la gracia es que cuando luego un concursante gana el premio gordo en realidad no se lleva dicho premio sino una cantidad mucho más modesta, porque al fin y al cabo todo estaba en cierto modo amañado, y el concursante ha sido partícipe de dicho amaño.