La Comisión Nacional de la Competencia pone el dedo en una de las llagas del despilfarro público. Critica el hecho de que las administraciones estén dedicando millones de euros a compañías de bajo coste como Ryanair y aeropuertos como el de Albacete, con una eficiencia y rentabilidad más que cuestionable, según el informe de ayudas públicas del regulador. Calcula que entre 2007 y 2011 las Comunidades Autónomas han dedicado 250 millones a ese fin
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