Otro ejemplo citado por Sheldrake es el de los famosos monos de la isla de Koshima, en Japón, conocido como el fenómeno del Centésimo Mono, un experimento realizado en los años 50. Un grupo de científicos alimentaba a estos monos con batatas o boniatos sin lavar. Una hembra descubrió que lavando la batata en el mar el alimento tenía mejor sabor. Pronto todos los monos de la isla de Koshima aprendieron el truco. Pero, y esto es lo extraño, todos los monos del continente comenzaron a lavar sus batatas sin haber tenido contacto con los de Koshinma
Comentarios
Qué es esta basura?
Los campos morfogenéticos tienen poco de científicos.
hay siete mil millones de personas.
Para este cálculo vamos a pasar de todo el tercer y segundo mundo: nos quedan mil millones de personas.
Si la probabilidad de que a alguien se le ocurra tu idea es de una entre un millón, hay mil personas a las que se les ha ocurrido.
Fácil y sencillo.
¿No será que otro mono del grupo a un porron de kilometros descubrió tambien que al lavar el boniato sabía mejor y los otros tambien lo copiaron? No sé,es solo otra teoría, no tan chula como que una fuerza mistica que une a todos los miembros de una especie, pero pausible creo que es.
Hablamos de Rupert Sheldrake y de su libro Una Nueva Ciencia de la Vida: La Hipótesis de la Resonancia Mórfica, en donde propone una visión de la evolución de la vida a través de su propia memoria inherente.
Rupert Sheldrake es uno de los biólogos más controvertidos de nuestra época y unos de los pocos científicos con la valentía de aventurarse más allá de lo que valida el paradigma científico. Sus teorías están revolucionando no sólo la biología sino que desbordan hacia otras disciplinas como la filosofía y la psicología. En su libro Una Nueva Ciencia de la Vida, Sheldrake se decanta por la corriente organicista y holística clásica, bla bla bla
Claro candidato al 2013 Magufos Awards.
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He intentado poner un comentario rebatiendo la lógica de esta patraña y, ostia, es difícil rebatir una cosa cuando es tan absurda y carente de sustancia. Hay tantas cosas que se podrían decir, que no es sencillo plantearlas de forma ordenada. Vamos, que dan ganas de decir solo "vete a cagar".