Publicado hace 10 años por --354522-- a patrulladesalvacion.com

Es cierto que en España hay buenos autores que por razones difíciles de explicar tienen un prestigio bajo. Y, al revés, autores más malos que pegarle a un padre que disfrutan de un reconocimiento y de una reputación que no han merecido nunca. Ahora que ha empezado el curso escolar y en el desempeño de la función didáctica que también tiene este blog, vamos a recurrir a lo escrito recientemente por los “maestros” de aquí -los nuestros- para conocer qué es para ellos la buena literatura.

Comentarios

equisdx

Complicado, la verdad. Del artículo se deduce que básicamente la literatura de calidad es aquella que explora y experimenta, y sin duda tiene razón, pero los experimentos tienen que ser comprensibles. Los clásicos de la literatura no lo son solo por arriesgarse, sino a veces también por contar lo de siempre de una manera accesible a mucha gente. Tener algo de local y de universal, como leí una vez. Los mismos temas de siempre, pero acercados a la gente que normalmente no los leería. Eso mismo intenta el best-seller, pero muchas obras no llegan a trascender tanto.

c

#2 Felicidades. Has entendido mucho más que yo del artículo. Me parece que no explica nada y que los textos que aporta son inconexos.

equisdx

#4 Bueno, en realidad lo de la experimentaciòn lo dice solo uno, explicitamente, el resto son divagaciones varias, cierto.. lol

anxosan

MMmmmm... déjame que piense... Se que es aventurado decirlo en España, pero quizá se podría lograr... leyendo.

eclectico

Con los años he ablandado mi opinión sobre lo que es o no es literatura de calidad. Entre otras cosas, porque suele ser la posteridad la que lo dice, no la actualidad, la popularidad o las ventas. Muchos autores magistrales murieron sin ver reconocidos su méritos y otros muy popualres en su tiempo apenas ocupan una línea en los manuales de literatura.

Si de leer se trata, como vehículo de transmisión de cultura en su más amplio sentido, (casi) cualquier libro vale. No sirve leer solo uno.

Temo a la gente que no ha leído nunca un libro, pero, como decía Tomás de Aquino, "Timeo hominem unius libri": temo más al hombre de un solo libro.

D

Yo la reconozco rápidamente. Suele ser la que no entiendo

D

#3 Supongo que lo habrás dicho de broma, pero hay algo en tu comentario que, en mi opinión, tiene mucho que ver con el tema. Yo pienso que el arte (y aquí incluyo la literatura tanto como la pintura, la música, etc.) tiene que hacer que el espectador se plantee preguntas, en vez de ofrecerle respuestas. Cuando yo leo algo que me hace sentir que soy muy listo por entenderlo todo fácilmente y a la primera, por ejemplo un súper ventas, tiendo a volverme suspicaz. Esas obras creadas con la intención de gratificar al lector son como los "griegos que venían con regalos", en mi opinión hay que desconfiar siempre de ellas, porque su objetivo es darme respuestas, incluso a preguntas que no me he planteado. Es decir, ofrecen una visión del mundo completa y acabada y, por lo tanto, generalmente maniquea.

Sin embargo, el arte de verdad, el que trasciende y permanece (siempre en mi opinión, claro, no se trata de una verdad absoluta) debería movernos a la reflexión, hacer que nos planteemos preguntas acerca de nuestra realidad y nuestro entorno. Es un arte que propone una "lectura" difícil, y lo de "lectura" también vale para la pintura, la música, etc. y al que no podemos acercarnos con la intención de que nos amenice la vida. También lo hace, desde luego, pero de la forma en que lo hace cualquier trabajo que requiere un esfuerzo. Es gratificante, y para mí mucho más que los productos comerciales, pero la forma de acercarse a esas obras está muy lejos de lo que requiere el mercado que impone hábitos de consumo en todos los ámbitos de la existencia, incluso en el arte, y para ello somete los productos a una "igualación del sabor" que los haga asequibles a todos los paladares.

Puede haber obras de calidad entre los grandes éxitos literarios, no lo niego. Pero se trata casi siempre de una calidad perecedera, basada en técnicas de venta. El arte es otra cosa. Y nadie dijo que tuviera que ser fácil. Bueno, lo dice mucha gente, pero se equivocan.

D

#6 Pues aunque no lo creas, no lo he dicho muy en broma. He leído muchos menos libros de literatura "de calidad" que best-sellers. Cuesta mucho más leerlos, releerlos para entender, o intentar entender.

Como dices, el arte de verdad nos hace pensar. Y para poder pensar hay que entender. No me considero ningún genio, pero tampoco estúpido, y sin embargo muchas obras de arte no las entiendo.

El acto de coger un libro, acomodarse en el sofá y leer es para mí un lujo, momento de relax. Si necesito pensar mucho para entender lo que un autor quiere decir en vez de lo que dice, me supone esfuerzo, que es muchas veces lo que quiero evitar.

Admiro la capacidad que tenéis muchos para emocionaros leyendo ese tipo de libros, pero creo que muchos, sino la mayoría, no tenemos dicha capacidad. Y me da envidia, lo reconozco.

D

#7 No tiene porqué darte envidia. Cada uno disfruta con lo que quiere y de la forma que quiere. Lo que es absurdo es pretender que la "alta literatura", valga decir, los clásicos, esté hecha para todo el mundo. No lo está, y menos para los parámetros del mundo actual. Cualquier clásico acabará por tener más lectores y más relevancia que el último Ruiz Zafón, por citar un nombre, pero eso es porque su "mercado" se extiende más allá de las coordenadas de tiempo y espacio que rigen los actuales destinos del mercado editorial.

Y, que conste, a mí me requiere mucho más esfuerzo volver a leer, qué sé yo, "Bajo el volcán" o "Moby Dick" que los cuentos de Philip K. Dick. Pero disfruto mucho más con los primeros.

Yo creo que con la literatura se está produciendo un problema que ya se ha producido con el cine, en este último medio de forma mucho más brutal y que tiene que ver con la intromisión del mercado en el arte, creando "productos culturales" lo cual viene a ser una contradicción en los propios términos. A esto se le puede añadir que, para muchas personas, el hecho de ocupar el ocio consumiendo productos culturales les otorga una pátina de respetabilidad que no les da (en su secreta opinión) el divertirse viendo un partido de fútbol o un programa de variedades en televisión. De aquí suele surgir una ramificación peligrosa y es que esa gente no consiente que se les diga que los productos que consumen no son realmente arte, sino otra cosa, productos con envoltorio cultural. Y entonces surgen los fanáticos defensores del gusto por encima del criterio, que pretender poner sus opiniones (dictadas y manipuladas por el mercado) en pie de igualdad con las de los expertos en el tema. Esto nos lleva a una situación de "todo vale" en la que al que pretende imponer un poco de cordura se le descalifica tratándole de "pedante", "gafapasta" y cosas por el estilo lo cual, por desgracia, sólo lleva a un empobrecimiento cultural creciente y para todos.

D

#8 Buf, qué difícil:

Por un lado, parece que fijas el criterio como objetivo y el gusto como subjetivo, y seguramente ambos lo son, pero relativamente (en su acepción más pura).

Por otro: el ejemplo del cine "va que ni pintado" a tu comentario; en 2013 no tiene ningún sentido el "cine de autor" o culto. Lo tenía cuando no existían las tv´s de plasma de chorrocientas pulgadas. Hoy en día ves con más tranquilidad y calidad una película de ese tipo de cine en casa que en el propio cine. Siempre... excepto cuando es cine "de palomitas", el que menos valor artístico tiene, por los efectos especiales, 3D´s y surrounds que son más difíciles de conseguir en casa.

Es una paradoja. El cine con valor artístico morirá por la televisión, y solo sobrevivirá el de los grandes efectos especiales, que queda mucho mejor en pantalla de 10x4 y 4.000W de sonido.

D

#9 A ver, sustituye "cine" por "películas". Quiero decir, estoy de acuerdo contigo en que el cine de autor ha sido prácticamente expulsado de las salas comerciales, pero sigue haciéndose, y mucho, y además, gracias a internet hoy es mucho más accesible de lo que lo era hace veinticinco años (si lo sabré yo...).

Lo que no sé es de dónde sacan el dinero para financiarlas. Imagino que la mundialización, unida a los bajos costes de esas películas, puede hacer que, paradójicamente, resistan hoy mejor que nunca. Pero no lo dudes: seguirán haciéndose buenas películas y escribiéndose buenos libros mientras haya gente con necesidad de contar una historia que les importa con los medios que tenga a su alcance. La necesidad es la clave. Contra eso es muy difícil luchar. El mercado necesita consumidores, pero los seres humanos necesitan otras cosas.

iramosjan

El artículo, la verdad, no me ha gustado, aunque esté en la vieja y gloriosa tradición de los odios entre escritores, a lo Quevedo y Góngora, y de "la buena literatura es la que yo y mis amigos hacemos y la de Fulano y los suyos es una colección de truños de campeonato aunque vendan potorrocientos millones de ejemplares".

Pero el caso es que el tema es muy difícil, no basta con que un autor tenga éxito para decir que es malo, ni que sea minoritario y poco conocido para concluir que es bueno, ni ahora ni en el pasado (Charles Dickens era famosísimo en vida, Hermann Melville no tuvo el menor éxito). Por ejemplo yo diría que Stephen King tiene mucho éxito y muy merecido porque de escribir sabe mucho, pero que mucho, mientras que John Grisham, también por ejemplo, me dejó marcado de por vida con la única novela suya que he leído... una experiencia que huelga decir que no pienso repetir.

Pero hay algunas reglas que aunque como el Código Pirata no sean tanto un conjunto de normas en sentido estricto como una serie de... directrices, ayudan mucho a descubrir si una novela al menos intenta ser de calidad. Por ejemplo, que no consista solo en cosas que se ven y se oyen sino que en ella aparezcan olores, sabores, calor o frío (es decir, cosas que no se pueden poner en una película), que los personajes no solo hablen y actúen sino que piensen, reflexionen, recuerden, y tengan vida interior (es decir, que tengan un discurso que no se puede poner fácilmente en una película), que la trama transcurra a lo largo de un periodo dilatado de tiempo, en diferentes lugares y/o involucre a un número elevado de personajes (es decir, que sea difícil de meter en una película), que el tema no juegue ostentosamente con la polémica, que los personajes principales no te recuerden todos ellos a actores de moda, y que la trama no se resuelva con un 'Deus ex Machina'. Ah, y no dejar a personajes y subtramas importantes colgados a mitad de novela sin que vuelvan a aparecer también ayuda.

Nota: por si no queda claro, la novela de John Grisham a la que me refería fallaba en todos esos aspectos. Era, por definirlo de alguna manera, el Lado Oscuro de 'Matar a un ruiseñor'.

Nova6K0

A mí si una película, serie, libro, canción no me duerme, o en los 3 primeros casos no me imagino lo que va a pasar (es decir no es previsible) pués para mí como mínimo es aceptable.

Otra cosa es la calidad técnica, si el libro es de calidad, por ejemplo sus pastas y el papel es bueno,...

Salu2