Para ver utilizamos una máquina con gran capacidad de procesamiento pero extremadamente lento: el cerebro. Desde el Renacimiento, los artistas conocen y explotan las peculiaridades del cerebro y la percepción para “engañar” al espectador, generando sofisticados trucos visuales para simular profundidad, color y forma. Monet y los impresionistas lograron pintar ilusiones visuales que serían emulados por los neuorocientíficos 150 años más tarde.
#4:
#3 Lo de engañar al ojo se utiliza desde, por ejemplo, la época de la Grecia clásica. El Partenón tiene varios "ajustes" para hacerlo más equilibrado y proporcionado a los ojos humanos. No se trataba de engañar al ojo porque sí, sino de utilizar artificios para hacer a las cosas parecer más perfectas.
#1:
Es interesante señalar que el cuadro que abre el artículo se origina de un pique que Monet tenía con Renoir. El primero pintó una versión del mismo paisaje mucho más pobre (aquí se puede ver: http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/3375.htm), pero Monet le dio toda una lección sobre cómo pintar el agua.
Muy interesante el artículo, sí señor.
Es interesante señalar que el cuadro que abre el artículo se origina de un pique que Monet tenía con Renoir. El primero pintó una versión del mismo paisaje mucho más pobre (aquí se puede ver: http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/3375.htm), pero Monet le dio toda una lección sobre cómo pintar el agua.
Muy interesante el artículo, sí señor.
Al final del artículo dice que el mismo truco que utilizó Monet es el que utiliza este tipo para sus ilusiones ópticas, que ya han salido alguna vez en Menéame:
Hay muchos trucos y conocidos desde muy antiguo para resaltar o conseguir otros efectos en una pintura, en la música, en una escultura o en una obra de arquitectura.
Muchos se consiguieron a base de ensayo y error, pero en cuanto uno funciona es fácil que se difunda porque otros artistas lo detectan y reproducen (Hasta que llega un gilipollas armado con una ley de derechos de autor dispuesto a fastidiar, pero esa es otra historia).
Por centrarse solo en la pintura y solo en el primer ejemplo: el cerebro rellena los huecos aunque no estén dibujados porque "sabe" lo que hay ahí; pero también puede pasar que no sea necesario crear un borde, de hecho en la realidad las cosas no están perfiladas por una línea y muchas transiciones son algo difusas, de modo que puedes difuminar un borde y el cerebro crea esa línea (aunque si lo intentas no seas capaz de marcar exactamente donde está). Además hay casos en los que esa definición de borde es antiintuitiva, por ejemplo al dibujar una ventana con un poco de perspectiva los aficionados tienden a acentuar las líneas de los bordes constructivos (por ejemplo el borde exterior del hueco) y los que llevan algún tiempo pasan a acentuar los bordes del hueco interior (que al estar en perspectiva incluye parte del borde exterior y parte del interior de la ventana) porque "da mejor impresión".
¿Por qué "da mejor impresión"? Por efectos en el cerebro, pero obviamente el pintor solo necesita saber que funciona mejor, no los efectos neurológicos implicados.
Reconozco mi ignorancia en todo lo referente al mundo de la pintura, pero sinceramente me cuesta mucho creer que los autores citados pensaran conscientemente en 'engañar al ojo' o al cerebro cuando hicieron sus obras. Me parece mucho más plausible que en el momento de pintar pensaran en la mejor composición de colores y formas para hacer un cuadro bonito, y que los efectos de los que se habla en el artículo llegaran, por decirlo de alguna manera, de rebote ¿no creéis?
#3 Lo de engañar al ojo se utiliza desde, por ejemplo, la época de la Grecia clásica. El Partenón tiene varios "ajustes" para hacerlo más equilibrado y proporcionado a los ojos humanos. No se trataba de engañar al ojo porque sí, sino de utilizar artificios para hacer a las cosas parecer más perfectas.
#4 Si, pero en tiempo de los impresionistas la teoría del color apenas empezaba a desarrollarse. Ni siquiera tenían un idea muy clara de como funcionaban los complementarios. Está el tema, por ejemplo, del color de las sombra en Van Gogh (que no lo han puesto en el artículo). Es más bien la intuición genial de quien abre camino que una teoría desarrollada como existe ahora.
#4 Exacto. Las columnas del Partenón no son cilíndricas, sino que tienen sección elíptica, ajustadas de tal forma por los constructores del templo para que, vistas en perspectiva, parecieran cilíndricas.
#3 Pues yo creo que no. A la fuerza tiene que ser fruto de la experimentación y de la técnica.
Lo del burro que toca la flauta puede salir una vez, pero no siempre.
Ahora bien , hay dibujantes y dibujantes, pintores y pintores....., y genios y quien no lo es.
#3 A mi me parece más bien que conocían los detalles técnicos sin sabes las implicaciones bilógico/científicas...
Aún recuerdo cuando pintaba yo lienzos a los 14 años, mi profesora me decía que usara colores azules para el fondo y rojos para el frente porque producen sensación de profundiad... jamás me habló de nada que incluyera retina para adentro...
supongo que genios de la pintura como Monet, etc, tenían este conocimiento, perfeccionado desde su práctica e intuición y lograron hacer auténticas maravillas como el primero de los cuadros del artículo... y sin gafas 3D
#3
Los artistas plasticos desde hace siglos han desarrollado metodos para engañar al cerebro y lo han hecho de forma conscientes casi siempre.
A partir del S XIX recurrieron a los conocimiento cientificos. Los impresionistas, por ejemplo, se basaron en los estudios del físico
Michel Eugène Chevreul . Sin esos conocimientos hubiera sido imposible que Sorolla hubiera pintado cuadros tan luminosos.
Creo que los artistas más que "aprovechar las peculiaridades del cerebro", es que tienen un cerebro, por lo que están sujetos a las mismas ilusiones "evolutivas" que el resto de los mortales.
Comentarios
Es interesante señalar que el cuadro que abre el artículo se origina de un pique que Monet tenía con Renoir. El primero pintó una versión del mismo paisaje mucho más pobre (aquí se puede ver: http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/cuadros/3375.htm), pero Monet le dio toda una lección sobre cómo pintar el agua.
Muy interesante el artículo, sí señor.
Al final del artículo dice que el mismo truco que utilizó Monet es el que utiliza este tipo para sus ilusiones ópticas, que ya han salido alguna vez en Menéame:
http://www.ritsumei.ac.jp/~akitaoka/index-e.html
Hay muchos trucos y conocidos desde muy antiguo para resaltar o conseguir otros efectos en una pintura, en la música, en una escultura o en una obra de arquitectura.
Muchos se consiguieron a base de ensayo y error, pero en cuanto uno funciona es fácil que se difunda porque otros artistas lo detectan y reproducen (Hasta que llega un gilipollas armado con una ley de derechos de autor dispuesto a fastidiar, pero esa es otra historia).
Por centrarse solo en la pintura y solo en el primer ejemplo: el cerebro rellena los huecos aunque no estén dibujados porque "sabe" lo que hay ahí; pero también puede pasar que no sea necesario crear un borde, de hecho en la realidad las cosas no están perfiladas por una línea y muchas transiciones son algo difusas, de modo que puedes difuminar un borde y el cerebro crea esa línea (aunque si lo intentas no seas capaz de marcar exactamente donde está). Además hay casos en los que esa definición de borde es antiintuitiva, por ejemplo al dibujar una ventana con un poco de perspectiva los aficionados tienden a acentuar las líneas de los bordes constructivos (por ejemplo el borde exterior del hueco) y los que llevan algún tiempo pasan a acentuar los bordes del hueco interior (que al estar en perspectiva incluye parte del borde exterior y parte del interior de la ventana) porque "da mejor impresión".
¿Por qué "da mejor impresión"? Por efectos en el cerebro, pero obviamente el pintor solo necesita saber que funciona mejor, no los efectos neurológicos implicados.
Reconozco mi ignorancia en todo lo referente al mundo de la pintura, pero sinceramente me cuesta mucho creer que los autores citados pensaran conscientemente en 'engañar al ojo' o al cerebro cuando hicieron sus obras. Me parece mucho más plausible que en el momento de pintar pensaran en la mejor composición de colores y formas para hacer un cuadro bonito, y que los efectos de los que se habla en el artículo llegaran, por decirlo de alguna manera, de rebote ¿no creéis?
#3 Lo de engañar al ojo se utiliza desde, por ejemplo, la época de la Grecia clásica. El Partenón tiene varios "ajustes" para hacerlo más equilibrado y proporcionado a los ojos humanos. No se trataba de engañar al ojo porque sí, sino de utilizar artificios para hacer a las cosas parecer más perfectas.
#4 Si, pero en tiempo de los impresionistas la teoría del color apenas empezaba a desarrollarse. Ni siquiera tenían un idea muy clara de como funcionaban los complementarios. Está el tema, por ejemplo, del color de las sombra en Van Gogh (que no lo han puesto en el artículo). Es más bien la intuición genial de quien abre camino que una teoría desarrollada como existe ahora.
#4 Exacto. Las columnas del Partenón no son cilíndricas, sino que tienen sección elíptica, ajustadas de tal forma por los constructores del templo para que, vistas en perspectiva, parecieran cilíndricas.
#3 Pues yo creo que no. A la fuerza tiene que ser fruto de la experimentación y de la técnica.
Lo del burro que toca la flauta puede salir una vez, pero no siempre.
Ahora bien , hay dibujantes y dibujantes, pintores y pintores....., y genios y quien no lo es.
#3 A mi me parece más bien que conocían los detalles técnicos sin sabes las implicaciones bilógico/científicas...
Aún recuerdo cuando pintaba yo lienzos a los 14 años, mi profesora me decía que usara colores azules para el fondo y rojos para el frente porque producen sensación de profundiad... jamás me habló de nada que incluyera retina para adentro...
supongo que genios de la pintura como Monet, etc, tenían este conocimiento, perfeccionado desde su práctica e intuición y lograron hacer auténticas maravillas como el primero de los cuadros del artículo... y sin gafas 3D
#3
Los artistas plasticos desde hace siglos han desarrollado metodos para engañar al cerebro y lo han hecho de forma conscientes casi siempre.
A partir del S XIX recurrieron a los conocimiento cientificos. Los impresionistas, por ejemplo, se basaron en los estudios del físico
Michel Eugène Chevreul . Sin esos conocimientos hubiera sido imposible que Sorolla hubiera pintado cuadros tan luminosos.
Si os interesa el tema, no os podéis perder este libro:
http://www.amazon.com/Tell-Tale-Brain-Neuroscientists-Quest-Makes/dp/0393077829
Muy interesante.
Al fin he entendido cómo los impresionistas se basaban en el color para plasmar la perspectiva.
Creo que los artistas más que "aprovechar las peculiaridades del cerebro", es que tienen un cerebro, por lo que están sujetos a las mismas ilusiones "evolutivas" que el resto de los mortales.