En la Delegación Provincial de Educación no ven con buenos ojos que un centro público, y que entienden laico, lleve a cabo actos religiosos porque, según dicen los padres del CEIP Julio Caro Baroja, "nos dicen que pueden ser ofensivos para los alumnos que profesen otra religión o no crean en Dios". "Esta Navidad tampoco hemos podido montar el belén", añaden. Sin embargo, los de Infantil se disfrazan por Halloween y el colegio se decora con calabazas o cuando hay elecciones, estos mismos políticos que gobiernan se prodigan en las procesiones.
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