Hace 16 años | Por sacsejam a elpais.com
Publicado hace 16 años por sacsejam a elpais.com

Vandenbroucke confiesa que se inyectaba anfetaminas, así como valium y otros medicamentos. Esto le provocó crisis de locura, veía "cosas y personas que no existían"- y desembocó en 2005 en la separación de su mujer, Sarah, y madre de su hija. El ciclista trató entonces de terminar con su vida y volvió a intentarlo el año pasado. Hoy, con 33 años, Vandenbroucke ha abandonado el ciclismo y se encuentra "mejor", pero no está seguro de "haber salido" de la pesadilla.

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Jolines, no es "un ciclista", es Frank Vandenbroucke.