Qué fácil es ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio… Y resulta que el popular refrán tiene una versión literaria que no conocíamos: qué fácil es ver la errata en el documento ajeno y no la pifia que acaba de colarse en el tuyo. Touché. Cuando leemos un texto escrito por otra persona es muy común que lo primero en que nos fijemos sea en esa palabra a la que le falta una letra, ese error ortográfico o esa expresión repetida una y otra vez.
Comentarios
No lo sé. Mi cerebro sólo se fija en los culos femeninos.
#2 Y la naturaleza, inteligentemente, te impide ver el tuyo propio.
#2 Qué miserable y patética visión del mundo la tuya, incapaz de observar que a tu alrededor hay todo un maravilloso universo lleno de tetas...
#2 O eso es lo que tu cerebro quiere que creas, por que tu comentario esta impecablemente escrito para alguien que solo se fija en culos.
#10 Somos legión
#2 Mirar es acosar. Cuidado pues con los micromachismos.
#15 Dios me ha dado ojos para contemplar las maravillas de su creación. Es lo mismo que le digo a mi mujer. No cuela, pero me da por caso perdido.
Por que llo nunca las kometo.
#8 Pos llo te beo una , as puesto porque separado
#13 Son excepciones... también hay faltas que uno escribe y hacen que casi te desmayes
Mentira. El problema es que las personas apenas releen sus textos para revisar las faltas de ortografía.
Si no hicieran, las verían por lo que el artículo obviamente no está en lo cierto.
nos mal acostumbró el puto auto corrector.
En Menéame hay miles de ejemplos.
#1 auto corrector yeba guiòn entr e eyas
#3 el auto-corrector me la sugirió de esas dos maneras
#4 Calzador para meter el chiste
Porque las que comete uno precisamente son las que uno no ve, y las que otros cometen tú las tienes claras, y por eso cantan más.
Porque el mensaje ya está escrito. No como cuando lo estás escribiendo. Por eso cuando vemos nuestro propio mensaje escrito, nos echamos las manos a la cabeza, de las faltas que podríamos haber cometido. Además una acción tan cotidiana como escribir llega a ser monótona, y por eso nuestro cerebro se confía. Me pasaba parecido en piano, aprendes una canción te la sabes tan de memoria, que te acabas por confundir al tocarla, como me decía mi profesor de piano "te emborrachas de canción" y es cierto. De la misma forma que cuanto haces un trabajo monótono, por ejemplo con una sierra, y te avisan de que si no tienes cuidado te puedes cortar, entre otras cosas. Y los primeros días e incluso semanas, lo cumples, pero en el momento que entras en la rutina de hacer siempre lo mismo, va a llegar un momento que te despistes. Y con ese despiste te acuerdes de nuevo de lo que te habían dicho. Por eso la monotonía es mala, te relaja demasiado.
Salu2
Por lo mismo que nuestros pedos no nos huelen mal.
#12 Me he tirado pedos que casi hacen que me desmaye... Tu argumento no es válido