Hace 9 años | Por bonobo a naiz.eus
Publicado hace 9 años por bonobo a naiz.eus

Un grupo de 96 sacerdotes ha denunciado que el obispo de Donostia, José Ignacio Munilla, ha llevado «la división» a su Diócesis y han criticado que, «al parecer», considere que ésta es su «feudo», en el que puede hacer «lo que quiere y como quiere».En un escrito, que ha sido entregado al obispo, los firmantes señalan que la situación de la Diócesis de Donostia es «cada vez más penosa» y acusan a Munilla de conducirla en «una dirección arriesgada y sin salida».

Comentarios

tiopio

Se siente. Haberlo pensado antes de hacer los votos.

3. El Voto de obediencia.

Este voto es tal vez el más comprometedor. Consiste básicamente en aceptar por amor a Dios, que otro hombre nos mande. Es renunciar a la propia voluntad, al propio proyecto de vida, a las propias decisiones. Y eso cuesta mucho trabajo, porque normalmente nos encanta mandar, decidir, imponer. De las tres tentaciones clásicas de todo ser humano: placer, tener y poder, ésta última es la más tenaz, la más enraizada, la más enajenante.

El religioso, libremente, acepta estar a las órdenes de sus superiores. Lo que los hombres en el mundo tienen que soportar por dinero, por necesidad (¿quién no tiene jefes, patrones, parientes a quien obedecer?) el religioso lo convierte en ofrenda y homenaje a Dios.

Por el voto de obediencia, el religioso no hace sino tratar de imitar a Jesucristo "que siendo de condición Divina, no reivindicó, en los hechos, la igualdad con Dios, sino que se despojó, tomando la condición de servidor y se humilló y se hizo obediente hasta la muerte y muerte de cruz" (Flp.2,6-8).

Igualmente imita a la Santísima Virgen María que no tuvo otro lema en su vida sino aquél "Hágase en mí según tu palabra" (Lc. 1,38).

Al ofrecer a Dios la propia voluntad, el religioso se está ofreciendo todo entero. Por esta ofrenda acepta de hecho los otros dos votos y en algunas antiguas Ordenes Religiosas, es el único voto que se pronuncia. Ahí está todo incluido.

Siendo el orgullo (simbolizado en el pecado original del paraíso) la causa de todos los males, podemos decir que la humildad requerida para obedecer por voto, extrae de raíz la causa de todos los demás pecados. Recordemos que una de las definiciones del pecado es precisamente "una desobediencia a la Ley de Dios".

La obediencia religiosa es en primer lugar, un acto de adoración a Dios. Pero también es motivo de santificación personal y por último es principio de orden y eficacia en la comunidad religiosa. Sabemos que la anarquía conduce al caos. Cuando un religioso es elegido o nombrado superior de una comunidad, podemos estar seguros de que es el mejor hombre para ese puesto y la responsabilidad que asume es una carga que solo acepta precisamente por obediencia, porque ya sabe por experiencia que es más fácil obedecer que mandar. El religioso que anhelara un puesto de dirigencia, pronto se dará cuenta de la verdad de lo antes dicho.

La sumisión casi servil de un deportista en manos de su entrenador, de un militar a su superior en rango, de un oficinista a su jefe o de un político a su partido, no tiene nada que ver con la obediencia religiosa y podemos decir que en ésta no hay nada de servilismo sino que al contrario, proporciona una libertad desconocida por el mundo.

zierz

#3 Creo que llevan peor el de castidad algunos se pasan el voto ese directamente por el forro de los cojones

ﻞαʋιҽɾαẞ

Próximamente: "Un centenar de exsacerdotes..."

D

Don ostia, aquí va a haber ondanadas de hostias.

D

no lo dira por los espionajes y demas cacicadas

D

Fe de erratas:
donce dice obediencia debe decir ormetá.

tul

pues que hablen con su dios para que les ponga otro y si resulta que su dios es de mentirijillas y no tienen poder alguno se tendran que joder o abandonar la secta.