Hace 10 años | Por --175549-- a pixfans.com
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Hace ya un montón de años que nos quejamos de que en España las series de animación japonesas sufrían tijeretazos. Las tetas de Bulma o las de Ranma se eliminaban en las emisiones televisivas, dejando cojos a muchos de los capítulos o incluso sin sentido en los casos de que la pechuga fuese una pieza fundamental del argumento. Pero eso no era nada comparado con la censura a la que se somete el anime en las tierras Tailandesas, en las que hasta series tan inocentes como Doraemon también sufren cortes.