La marihuana pasó, durante la Edad Media, de ser una medicina habitual en las estanterías de médicos, herbolarios o comadronas, a ser considerada como un apéndice vegetal del mismísimo Satanás. Y, es que según firmó el Papa Inocencio VIII, en su bula El Martillo de las Brujas, su uso era “un sacramento impío perteneciente al segundo o tercer tipo de misa satánica”. Un pecado terrible que, en opinión del Pontífice, llevaba a sus usuarios a convertirse en seres oscuros y maléficos, asesinos y propagadores de enfermedades. Pero lo peor no era eso.
Comentarios
De aquellos polvos vienen estos lodos, ahora me explico todo...
¡Qué bueno, esos cabronazos episcopales metían mano incluso a la gente que se utilizaba la truja para usos medicinales! Qué hijos de puta, la verdad.
" llevaba a sus usuarios a convertirse en seres oscuros y maléficos, asesinos y propagadores de enfermedades."
Y lo triste es que ese mismo argumento hay quien lo dice hoy en día