Hace 11 años | Por Matroski a esmateria.com
Publicado hace 11 años por Matroski a esmateria.com

Un boticario bromista escondió en una cueva alemana en 1911 un cráneo de un chimpancé tiroteado en Camerún, que fue confundido con un niño neandertal. La burla sentó los cimientos para la farsa del Hombre de Piltdown un año después. Hace un siglo, el 18 de diciembre de 1912, un investigador de prestigio y un anticuario aficionado anunciaron al mundo una de las noticias más esperadas por los científicos de la época: el hallazgo del “eslabón perdido” entre los simios y los seres humanos.