Hace 13 años | Por --154233-- a blog.guiasenior.com
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A apenas 112 kilómetros de Roma, el Parco dei Mostri (Parque de los Monstruos) construido a mitad del siglo XVI permaneció oculto por la vegetación hasta que un hallazgo casual en plena Segunda Guerra Mundial lo abrió a los ojos de miles de admiradores; por ejemplo, a los del escritor argentino Manuel Mujica Láinez (1910-1984), que en 1962 publicó la novela Bomarzo y en 1967 dio forma, junto a su compatriota Alberto Ginastera, a la ópera homónima, prohibida por el gobierno de facto argentino de entonces.

Comentarios

D

He ahí lo que debía relatar en Bomarzo, pero no a través de los frescos efímeros de Jacopo del Duca, cuya posibilidad quedaría abandonada para siempre en el entrecruzamiento de los andamios, en una desierta galería del castillo, sino utilizando las rocas perennes del bosque. El bosque sería el Sacro Bosque de Bomarzo, el bosque de las alegorías, de los monstruos. Cada piedra encerraría un símbolo y, juntas, escalonadas en las elevaciones donde las habían arrojado y afirmado milenarios cataclismos, formarían el inmenso monumento arcano de Pier Francesco Orsini. Nadie, ningún pontífice, ningún emperador, tendría un monumento semejante. Mi pobre existencia se redimiría así, y yo la redimiría a ella, mudado en un ejemplo de gloria.

Recomiendo la novela, y la visita al sitio después de haberla leído.