Hace 11 años | Por JefeBromden a jotdown.es
Publicado hace 11 años por JefeBromden a jotdown.es

Imaginen a un precoz talento de 20 años establecido en la élite de un deporte. Lleva varias temporadas entre los primeros clasificados del mundo y desde la adolescencia se le ha reconocido como a un superdotado; desde luego, sus límites no se vislumbran todavía a tan temprana edad. Lo normal sería que ese joven prodigio deseara participar lo más frecuentemente posible en la alta competición. Que quisiera aprovechar cada mínima ocasión para medirse con los mejores, para obtener experiencia… para intentar comerse el mundo, en definitiva