Lo van a matar. Es lo primero que pensé al verlo subir la cuesta en la amenazante penumbra.-Mire, suba la bici a la furgoneta y le llevo a casa. Debieron pasar por su cabeza muchas formas en las que yo podría haberlo golpeado, dejado maltrecho y robado. Nadie ayuda a nadie. Y si alguien quiere romper la regla, tropieza serios problemas. Así vivimos, recelando del vecino, sin ver en él un apoyo sino un rival y un peligro. Es tan cotidiano que ni siquiera lo vemos, y así nos vamos degradando... el recelo es más importante que la confianza.
Comentarios
Qué razón tiene.
No sé por qué la has descartado.