'Biberón o martillo', por Arturo Pérez Reverte

Hace medio siglo justo, cuando el arriba firmante llevaba pantalón corto y creía en los Reyes Magos, en la bondad de los policías y en la virginidad de su madre, la autora de mis días, que era -y sigue siendo, porque ahí continúa, ochenta y ocho primaveras en la sonrisa y jugando la prórroga sin ganas de cambiar de barrio- una señora con fe en la Humanidad en general y en los buenos sentimientos de sus vástagos en particular, hizo con mi hermano y conmigo un experimento sociológico: nos castigó [...]

[#5 anor]

#4 " La testosterona ha sido tradicionalmente la "culpable" de la agresividad de los hombres, pero un estudio científico de la Universidad de Zúrich en Suiza cuestiona ahora este extremo y considera más decisivo el entorno social. (...)
El equipo de la Universidad de Zúrich realizó un experimento para tratar de llegar a un resultado concluyente sobre su influencia.

La prueba consistió en dividir a varias mujeres en dos grupos: a las que se suministraba una dosis de testosterona y a las que se suministraba un placebo, sin que supieran que estaban recibiendo.

Se comprobó que en líneas generales aquellas que recibieron testosterona se comportaban con un mayor nivel de equilibrio, tenían menos conflictos y se desenvolvían mejor en un ambiente social.

Sin embargo, las mujeres que pensaban que se habían incrementado los niveles de testosterona en su organismo, fuera así o no, mostraron un comportamiento más conflictivo que aquellas que pensaban que habían recibido el placebo, fuera cierto o no.

Esto indica, según los autores del estudio, que "la connotación negativa y antisocial que implica el aumento de los niveles de testosterona parece ser lo suficientemente fuerte para provocar un comportamiento social negativo, incluso cuando el resultado biológico es realmente el contrario".
"
http://www.eluniversal.com.mx/articulos/56876.html

[#6 Gonzi]

#5 Buen aporte, pero en ese experimento no se discierne el efecto de mayor testosterona en el cerebro de los hombres; teniendo en cuenta que ha sido modelado durante toda su vida (incluso en el vientre materno) con un "baño" de testosterona considerable.

[#7 machielo]

#5 muy bueno, pero el que los niños de media son más físicamente "activos" (vamos a decirlo así) es un hecho, y la testosterona ahí si que influye (creo). Lo de ser un pequeño bestiajo puede venir de ahí, al ser más fácil resolver los problemas de forma "directa".

Por supuesto mis razonamientos sobre las causas son puramente especulativos, pero aún sin entrar en las causas, creo que si que es cierto que los niños tienden a ser más físicos que las niñas, y en vista de que biológicamente el varón está mejor dotado para labores de fuerza, me parece una adaptación normal evolutívamente hablando.

[#10 anor]

#7
Es muy posible que la testosterona influya más de forma indirecta que directa sobre la agresividad. Como tu supones "estar mejor dotado para labores de fuerza" probablemente predispone con mayor frecuencia a resolver por medio de la violencia los problemas, cosa que probablemente no ocurra con las niñas y los niños debiles.
Lamentablemente la influecia del entorno tambien es importante. En determinados ambientes es un orgullo para los padres que su niño resuelva a tortazos los problemas. Y ya en la adolescencia, e incluso en la epoca adulta, el varon agresivo provoca admiración en buena parte de la sociedad ( si no fuera asi no habria tantas peliculas violentas ). Ademas el empleo de la violencia forma parte del rol que se asigna al varon en nuestra sociedad.
En mi opinión la influencia social tiene un papel mucho mayor que los factores biologicos.

[#1 themarquesito]

Más razón que un santo. Yo todavía tengo una daga que me fascinó cuando fui por primera vez a Grecia (con 7 años, acompañado por mi padre) con el rostro de Alejandro Magno en el pomo. Y sí, los niños somos unos cafres.

[#2 Gonzi]

#1 No generalices... y me gustan tanto las mujeres como el que más... lo digo porque se me podría considerar homosexual erróneamente y me consta que, antes de la pubertad, ellos se comportan igual que los heteros.

[#3 anor]

#1

Yo creo que si los niños varones tienden a sentir atracción por la violencia es porque consciente o inconscientemente fomentamos esos comportamientos. A las niñas, por el contrario, se las disuade de que se comporten agresivamente.

[#4 machielo]

No estoy del todo de acuerdo en que sea algo puramente cultural como dice #3. Antes de la pubertad, pues no se, pero después, ya sea por testosterona o cualquier otra del cóctel de hormonas que tenemos en esa época, es cierto que los varones son más agresivos que las hembras, al menos en el plano físico. Y no es algo malo bien encauzado (deportes, competitividad, ambición sana, ...) pero mal encauzado pasa lo que pasa.

[#8 Desactivado]

En un momento que hay que escoger entre cañones o mantequilla sale este con el biberón y el martillo.

Irrelevante, que ese señor tenga contratos y deba emborronar cuartillas si o si no implica que su contenido sea interesante.

[#9 Desactivado]

Que lio entre el artículo y los comentarios. Se enreda la actividad, con la violencia y la violencia con las armas, cuando una determinada tecnología bélica no se incorpora a los niños porque derive directamente de su violencia innata. Los niños puede funcionar estupendamente bien con un par de palos y unas cuantas piedras, pero ningún cachorro juega gratis, si les incorporan espadas es porque la sociedad valora su utilidad para poder cortar cuellos de adultos. Por supuesto la gente no regala espadas a los niños esperando que se conviertan en Conan el Barbaro, pero esto es como quien usa Windows toda la vida y de repente se ve trabajando con Linux, y se empecina en instalarle el Norton. Así de retardada es la sociedad.

[#11 Desactivado]

Pues yo de niño jugaba con cocinitas y muñecas con la hija del vecino y no me paso nada ni bueno ni malo por ello (bueno me pasó algo bueno más tarde jajajajaja) . Dejen a los niños a su aire por Dios.... Unos y otros, que ellos bien saben lo que les apetece jugar.