Instalar una lámpara, recoger a unos niños del colegio, una limpieza de cutis, arreglar los bajos de un pantalón nuevo o cocinar una bandeja de torrijas son algunos de los servicios ofertados que recogen las aplicaciones informáticas de los más de 300 Bancos de Tiempo que funcionan actualmente en España. Lo que se inició hace más de una década de forma minoritaria se está consolidando como una alternativa que construye comunidades basadas en la solidaridad, la confianza y el apoyo mutuo.
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