Hace 10 años | Por xosecuns a blogs.lavozdegalicia.es
Publicado hace 10 años por xosecuns a blogs.lavozdegalicia.es

Los múltiples casos de corrupción como el que afecta al ex Director General de Cooperación de la Generalitat Valencia, Rafael Blasco, acusado de saquear 8 millones de euros, merece analizar el papel de las personas que conocen o trabajan para corruptos y no hacen nada. ¿Son las razones de esta complicidad semejantes a las que la filosofa Hannah Arendt (con una película sobre su vida en cartelera) desarrolló en "Los orígenes del totalitarismo" estudiando al nazi Adolf Eichmann?

Comentarios

iasubijana

La película sobre Hannah Arendt da para reflexiones tremendas. La banalidad del mal o el terrorífico poder de la mediocridad hace que muchos alemanes de la Alemania nazi no fueran culpables de delitos tremendos por ser personas especialmente malvadas, sino por su mediocridad. Por hacerse cómplices de un estado criminal y no oponer resistencia. ¿Es lícita nuestra pasividad en un sistema que da señales de perversidad?
Para quien no se quiera leer el "Einchmann en Jerusalem", la película "Hannah Arendt" es altamente recomendable.

xosecuns

#1 Si, a mi me dejó bastante tocado y desde luego sirvió para ordenar bastantes ideas, sobre todo en lo que nos afecta a la situación de corrupción masiva y hasta anomia social que vivimos en España. Tu pregunta es muy pertinente y es la que se hace en el post, para cada uno de nosotros pero especialmente para las personas que rodean a Barcenas, a Blasco, a los de los ERE de Andalucía.
Me ha gustado un comentario en el blog, diciendo que para contraponer la expresión "banalidad del mal", la propio Arendt desarrollo el concepto "banalidad del heroismo". Es un consuelo