Hace unos 10.000 años un grupo de cazadores-recolectores se instaló en una llanura aluvial de la actual Turquía y permaneció en la misma durante un milenio. El arqueólogo Jordan Abell visitó Aşikli Höyük en busca algo invisible: orina antigua. Abell y sus colaboradores han podido reconstruir la cantidad de población de humanos y animales que había en la misma hace 10.000 años. La domesticación de ovejas y cabras es lo que hizo que Arbell y los coautores del estudio, publicado en Science Advances, se interesaran por la orina de modo preferente.
Comentarios
#0 Muy buen envío. Bien explicado, bien, referenciado... “Mis dies”
Quiero más de estas cosas en portada
#1 Lamento mucho que la mayoría no opine lo mismo y pasen de la noticia.
Apoyo el envío y me uno a tu petición.
#1 esto es como las democracias, merecemos lo que
votamosmeneamos.¿Y por qué no utilizan entonces como parámetro compuestos no lixiviables (lluvia, nivel freático)?
Los fosfatos, por ejemplo: altamente inmóviles en el perfil del terreno, elevada concentración en la orina y bibliografía extensa sobre su caracterización por especie, y analítica estandarizada y barata en cualquier laboratorio de edafología (típico análisis rutinario de suelo agrícola). Bonus: su concentración de partida en terrenos calcáreos (Turquía) suele ser muy baja.
Por otro lado, para caracterizar la proporción de contribución de una especie conocida (¿ovino, caprino?) frente a los humanos, pueden cotejarse un par de parámetros (N, P, por ejemplo) con los propios de cada especie y calcular los factores ponderados para deducirlo...
Nunca entraría a una consulta donde ponga en la puerta "Arqueología urinaria".
#3 Ni yo en una pastelería donde ponga "Tierras Raras".