Aprender hiragana (o katakana) no es especialmente complicado. El problema es darle uso para que no se te olvide. Y bueno, la pesadilla de todo lector de japonés, las dichosas fuentes que usan en la cartelería e infografía que no son precisamente letras de molde para caligrafía.
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Aprender hiragana (o katakana) no es especialmente complicado. El problema es darle uso para que no se te olvide. Y bueno, la pesadilla de todo lector de japonés, las dichosas fuentes que usan en la cartelería e infografía que no son precisamente letras de molde para caligrafía.
¿Una hora? Buff, que pereza...