Un equipo de traductores jurados ciegos llegará hoy a Madrid desde la abadía de Glastonbury, en el condado de Somerset, Inglaterra, para escuchar todas y cada una de las palabras que Ana Botella pronunció en su discurso en inglés ante el Comité Olímpico Internacional. La decisión de recurrir a traductores ciegos se debe, según los asesores de Botella, a su extraordinaria sensibilidad para percibir los acentos idiomáticos más acusados y, sobre todo, para evitar que la sobreactuación de Botella pueda matarles de la risa.
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También podrían traducirle las paridas que suelta desde el Ayuntamiento.