El pueblo no está dispuesto a que un partido que no ganó las elecciones, pero que gobierna gracias a dos concejales “independientes” de oscuros intereses, decida sobre un asunto que la mayoría de la localidad pide que sea sometido a consulta popular.
#1 quien ha vuelto es el pueblo, al que no le importa el caciquismo mientras pueda pagar las facturas. El caciquismo es lo que en España se entiende por democracia.
"El alcalde del PP carece de legitimidad moral para llevar a cabo la privatización, ya que la plataforma ha presentado un total de 11.000 firmas que avalan su petición de consulta popular, sobre todo sabiendo que el PP, que lidera el polémico alcalde, consiguió en las pasadas elecciones de 2011 un total de 6.532 votos"
La chulería del alcalde a punto estuvo de provocar un serio altercado con los encerrados, que desde el principio se negaron a abandonar su postura, sobre todo al estar respaldados en la calle por 2.000 personas que protagonizaron una sonora cacerolada contra el regidor manchego. Ortega tenía todo preparado para desalojar el Ayuntamiento por la fuerza y sin tener en cuenta las consecuencias. Una llamada de Cospedal abortó los deseos del alcalde, que se quedó con las ganas de “convertir el Ayuntamiento en un campo de batalla”
Comentarios
El caciquismo ha vuelto
Siempre ha estado ahí pero ahora ya no se esconden
#1 quien ha vuelto es el pueblo, al que no le importa el caciquismo mientras pueda pagar las facturas. El caciquismo es lo que en España se entiende por democracia.
Sitiar al enemigo, técnicas que se creían ya olvidadas.
De la noticia:
"El alcalde del PP carece de legitimidad moral para llevar a cabo la privatización, ya que la plataforma ha presentado un total de 11.000 firmas que avalan su petición de consulta popular, sobre todo sabiendo que el PP, que lidera el polémico alcalde, consiguió en las pasadas elecciones de 2011 un total de 6.532 votos"
Y sobre la catadura moral de este personaje:
La chulería del alcalde a punto estuvo de provocar un serio altercado con los encerrados, que desde el principio se negaron a abandonar su postura, sobre todo al estar respaldados en la calle por 2.000 personas que protagonizaron una sonora cacerolada contra el regidor manchego. Ortega tenía todo preparado para desalojar el Ayuntamiento por la fuerza y sin tener en cuenta las consecuencias. Una llamada de Cospedal abortó los deseos del alcalde, que se quedó con las ganas de “convertir el Ayuntamiento en un campo de batalla”
¿habrá que enviar a los cascos azules para que pueda intervenir la cruz roja?